Camino por la orilla de la playa. Me siento en la arena y miro al mar. Las olas se acercan, semejantes a hombres de agua, nadando en pos mio, blandas, cadentes, en un movimiento perpétuo, infinito como una cinta de Moebius dibujada por Escher. Se acercan a mí; parecen atraídas por cantos de sirena, pero en lugar de cantos las atrae mi silencio.
¿Qué ocurriría si me fuera lejos de tí? Sobreviviría. Porque sólo necesito cerrar los ojos para verte de nuevo, para que tu azul inunde mis retinas y las deslumbre, como lo hace el brillo del sol cuando se refleja en tu superficie. Sólo necesito recordarte para aspirar tu aroma, inconfundible, inimitable. Sí, sobreviviría. Pero también te juro que te echaría de menos.
lunes, 13 de octubre de 2008
domingo, 12 de octubre de 2008
... porque será cuando más lo necesite.
Hace poco un buen amigo me recordó esta frase, que un día yo tuve la oportunidad de recordarle a él. Y no sé si lo merezco o no, pero este sí es un momento en que lo necesito. Tal vez por eso, y por sentir un mayor contacto con el mundo, del que parezco momentáneamente alienada, me he animado a abrir este blog, cosa que, por otro lado, nunca imaginé que haría.
No sé si es el mal tiempo, el hecho de que, poco a poco, se acorten los días, el que hoy sea mi último día de vacaciones, o que en estos días mis amigos estuvieran a kilómetros de mí o tuvieran planes en los que yo no estaba incluida (probablemente esto último), lo que me hace sentir sola en el mundo.
Y aunque sé que el sol volverá a brillar mañana (aunque el pronóstico del tiempo diga lo contrario), no puedo evitar que esta frase vuelva de nuevo a mi mente "Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite".
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