Hace tiempo, alguien me pidió que buscara una frase de un libro que me hubiera gustado por algún motivo, la copiara en un papel, y la pegara en un tablón. Ella había hecho lo mismo, y había elegido una frase sobre campos y amaneceres, llena de metáforas y adornos, que ocupaba cinco líneas manuscritas en el pedazo de papel que había empleado. La frase que yo elegí solo ocupaba una línea: "Soy su amigo". La escogí del libro "La Historia Interminable".
Todos me miraron como si fuera marciana cuando leyeron la frase. No me sorprendió, porque para entenderla, deberían, como mínimo, haber leído el libro. La frase la dice Atreyu hacia el final de la novela. Bastian, tras viajar por todo el mundo de Fantasía viviendo mil aventuras inacabadas y comportarse como un Dios todopoderoso actuando a su antojo, tras haber perdido casi totalmente la memoria y haberse convertido en un fantasma de lo que fue, su única posibilidad de salvación es volver al mundo real. Y para ello, alguien debe concluir las historias que él, de forma irresponsable, no terminó. Y Atreyu se ofrece a hacerlo, aunque es consciente de que ello le llevará toda una vida. Cuando le preguntan por qué va hacer un sacrificio semejante, él sólo contesta: “Soy su amigo”.
Me pareció una gran frase. Años después, me lo sigue pareciendo.